La belleza de Mauritania reside en sus interminables hileras de dunas de colores sensuales y movimientos imperceptibles, sus vientos abrasadores y fríos, sus oasis inesperados y recónditos, sus silencios absolutos que desencadenan emociones singulares e insólitas.
Hallará también la belleza de su gente, de espíritu nómada, acogedora y hospitalaria, orgullosa y humilde, seria y alegre, dueños de sí mismos, respetuosos de sus tradiciones, amantes tanto de amenas conversaciones como de largos silencios.
Mauritania sobrecoge a su observador, en los espacios ilimitados entre la inmensidad y el tiempo, entre el mar, el desierto y el universo.
A través de nuestros viajes, le invitamos a conocer este mundo aún por descubrir.